viernes, 15 de enero de 2010

Me duele Haití

Es el país más pobre de América.

Tan pobre que casi el 70% de su población no tiene ni para comprar arroz y sobrevive haciendo galletas de lodo y manteca.

Haití que significa tierra de montañas, ahora es tierra de Dante o, en unos días más, de Saramago. 

Los cadáveres se mezclan con el desastre, con las ruinas de un país golpeado sin piedad por la miseria.

De haber conocido Haití hace un mes, me habría impresionado que puedan vivir con 1 dólar por día o menos. De haber respirado Haití hace un mes, tendría rostros para buscar entre los escombros, en las fotos, en los videos de la prensa. De haber pasado por Haití hace un mes, hoy no podría ni siquiera escribir sobre Haití. 

Me queda imaginar la noche. La noche en la que se mezcla el hambre, el dolor, la angustia, el horrible aroma de la muerte y la incertidumbre.

Hay quienes hablan de Dios, de la naturaleza, del hombre que todo lo destruye, de suerte. No sé, para mí...100.000 muertos no tienen explicación posible.

martes, 12 de enero de 2010

Lost

No me gusta coleccionar amigos.

Ni me gusta que me coleccionen. 

Llamo amigo a la persona que lo merece y que puede cargar con el título.


Miss Amistad, Mister Amistad.

Si eso sucede, bajo puentes, abro candados, puertas, ventanas y le regalo mi confianza. Podría caminar sobre hielo picado por una persona que se gane mi confianza.


Cuando eso se rompe, cuando ya no lo veo como alguien en quien confiar, a quien acudir, con quien contar, para quien estar, a quien amar, me voy alejando.


Nace un silencio, una distancia que crece y crece. 


Sin que yo me de cuenta, no es a propósito, simplemente sucede.


Un día, Miss Amistad o Mister Amistad la vuelve a cagar y resulta que ya dejé de confiar, de acudir, de contar, de querer estar, de amar.


Levanté el puente, cerré los candados, tranqué las puertas, las ventanas. 


Hoy, después de muchas cagadas, tengo la certeza que perdí una amistad o, mejor dicho, una amistad me perdió a mí.


Queda el fantasma, la silueta, el perfume del pasado.


Y también el dolor, ese dolor que mucho me temo hará que lo extrañe siempre.



lunes, 11 de enero de 2010

My beautiful face

Me levanto todos los días, a veces por la mañana, a veces por la tarde (dependiendo de cómo estuvo mi noche). Al mirarme al espejo mi veta de vanidad me dice qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. Cabello, ojos, boca, nariz, mentón, frente, pómulos, cuello, brazos...soy un juez, mi propio juez. Luego salgo al mundo, y lo olvido. Olvido lo que me gusta, lo que no me gusta, hasta que algo me lo recuerda.

Katie Piper es una modelo y conductora de TV británica, a quien un despechado ex mandó a desfigurar con ácido. Después de más de 30 cirugías plásticas, esta es su imagen pasada y actual:

Escuché su historia hoy. Luego de 3 años del incidente decide salir a la luz y explicar cómo ha conseguido superarlo o mejor dicho, cómo putas hizo para seguir adelante.

Me pregunto si lo odia (Daniel Lynch, su ex, recibió cadena perpetua al igual que el autor material del ataque), si se odia o se culpa, si hubiera preferido correr peor suerte, o si como ella dice, se dio cuenta de lo superficial que era, de lo mucho que valoraba aspectos menores y absurdos de su físico que como pueden apreciar en la foto del antes era mucho más que aceptable, me pregunto si es verdad que este impasse le ha descubierto facetas increíbles de su personalidad que de lo contrario nunca hubiera conocido o si una situación así cuando menos activa el mecanismo de defensa que te impulsa a sobrevivir, sin importar cuán destruido te encuentres.

Supongo que habrá un poco de todo. El dolor es sabiduría.

Mientras tanto, los que no nos enfrentamos de golpe con el horror, seguiremos viviendo en el limbo de Dorian Gray.

Nobody came to ditch you

and so you drink to

all the emptiness until you wake up

domingo, 13 de diciembre de 2009

Wilde

Oscar Wilde decía que estamos todos en la alcantarilla, pero algunos miramos hacia las estrellas. Es verdad. Todos estamos en esta alcantarilla hedionda y fétida. Con paredes y pisos llenos de bichos.


No soy de las que miran hacia las estrellas. Soy de las que tratan de defenderse de ese monstruo que está sentado al lado acechando en la oscuridad. Ese que ciego manotea tratando de pegarte, de herirte, de aunque sea conseguir molestarte, porque en este lugar pequeño, donde estamos hacinados e igual de asustados, todos odiamos la alcantarilla, todos. 


Los que miran las estrellas son como esos que tocan a tu puerta y tratan de convencerte que Dios existe. O esos que salen en la tele ofertando productos milagrosos para perder peso, fingiendo que si tienes un cuerpo escultural la alcantarilla será menos jodida, que el desodorante, la tarjeta de crédito, la marca de pastas, la lavadora, el diseño Versace, una Hummer, un condominio, un buen restaurante, podrán crear un mundo donde seas feliz.


Simulacros. No hay dónde esconderse, hacia dónde huir.


 It s just a hole.